13/7/12

Lo que no quiero ser


Desde el Pirulí se ve un país
confundido y feliz, de perfil.

Que anda descubriendo como es,
aunque sepa muy bien lo que no quiere ser.

V.M. S. José


Saber lo que no quieres ser es el primer paso para descubrir quien eres.
–Eso está muy bien cuando aún eres un adolescente con acné, al que le derrapa la voz y le tiemblan las rodillas cuando ve una minifalda. 
–¿No te parece que el subconsciente colectivo de este país aún está en la adolescencia?.  
 –No creo. Lo mas parecido a nuestra adolescencia colectiva fueron los ´80. Hay mucha confusión, pero no veo esa felicidad ingenua de adolescente por ningún sitio. Tampoco tengo claro que sepamos lo que no queremos ser; en los ´80 sí lo sabíamos.
Hay quien dice que la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo.
–Ya, pero se corre el riesgo de entrar en una madurez decrépita y estúpida; en la que se encadena una crisis tras otra, relacionándolas todas ellas con el salto de década: la crisis de los cuarenta, de los cincuenta... 
–Que patético puede llegar a ser un cuarentón que no sabe quien es y además se le ha olvidado lo que no quiere ser. ¿Estaremos pasando la crisis de los cuarenta como país? A los alemanes estas cosas no les pasan. Son muy listos los alemanes.
–¿Tu crees? También les pasan cosas de a pataco: Hitler, el muro, la Merkel... A lo mejor no son tan listos. 
–Su mayor virtud es la eficiencia.
–Cualquier máquina puede ser eficiente sin necesidad de inteligencia alguna. Humano y solo eficiente... igual eres gilipollas.

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