Julian comenzó en la zaranda cuando solo contaba con doce años; en enero cumple cincuenta y seis. Nunca antes había estado parado. En los últimos cuatro años, a trabajado diez meses salteados en periodos que van de quince días hasta un máximo de mes y medio. Desde agosto, nada.
Es menudo, vivaracho y entrado en carnes, pero con una vitalidad envidiable. Tiene dos hijos. La mayor, la chica, se casó el año pasado. Es auxiliar administrativo, y van tirando. Al pequeño, de veinticuatro años, le arroyó el tren de la burbuja inmobiliaria que, junto al vagón del fracaso escolar, a arrasado con gran parte de su generación.
3/12/12
Hospital de Tomelloso: nadie escucha a nadie
No sé si con la gestión privada de nuestro hospital mejorará el servicio al ciudadano, es posible, como lo ha sido
en otros servicios públicos que se gestionan así. Ojalá les salga
bien y el ciudadano se beneficie de ello, ya que, según parece, la cosa no tiene vuelta a atrás.
El domingo pasado, la Coordinadora en defensa de la sanidad pública de la comarca convocó otra manifestación para protestar por el cambio de gestión que prepara la junta. Allí estuve con mis vecinos.
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