Hoy he estado en el mercado. Camino de vuelta a casa por la acera del antiguo Ponce de León. Observo el trasiego de gente: bolsas y carros de la compra van y vienen. El intenso tráfico no deja un hueco a un anciano que empuja un carro en el que se apoya a modo de andador. Intenta cruzar la calle sin esperar al paso de peatones. Su caminar inestable y... sus prisas (¿?) se me antojan temerarios.
20/5/13
Todo cabía en sus bolsillos
En otro tiempo, cuando era más joven, se arreglaba sin nada; todo cabía en los bolsillos de sus pantalones, incluso sus manos.
–Hace tiempo que dejé de ser un joven estúpido y despreocupado –me cuenta–. Es curioso ver como pasa el tiempo, cómo evoluciona todo. Es curioso ver cómo tus prioridades cambian con los años.
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