26/12/16

Banderas y camisetas a juego

Lunes, seis de la mañana. El despertador, implacable, te pone de nuevo en pie. Hoy también hay partido, todos los días hay partido.
Saltamos al césped y la realidad nos vuelve a meter la pierna de mala manera. Se oyen gritos, se agitan banderas. Desde el palco —calentito en invierno y fresquito en verano— se apela a nuestro sentimiento patrio; también se untan árbitros y se intercambian vergonzosos maletines repletos de dinero obtenido en más que dudosos negocios. Un tipo, con la mano en el pecho, canta un himno. Bufandas y gestos obscenos de hooligans desde el primer anfiteatro dan colorido y aportan pasión al evento.

2/5/16

Hoy voy a hablar de política

Hoy voy a hablar de política. ¡Pero si no haces otra cosa!
Es cierto que la política lo impregna todo y es inevitable que cuando expresas tu punto de vista sobre la problemática social de tu entorno, al post de marras se le adhieran sonidos, tintes u olores que nos traigan a la cabeza determinadas posiciones políticas. La mayoría de ocasiones ese olor estará influenciado por el estado de ánimo del lector, por sus propias querencias o carencias ideológicas, por lo que haya comido ese día o simplemente por la tontá que acaba de leer en Twitter. También puede ser que el autor tenga unas inclinaciones determinadas y, aunque lo intente evitar (o no), se le vea el plumero a una legua en cada una de las frases que salen de su teclado.

11/4/16

Efectos secundarios

 Que complicado es todo, que difícil es no quedarse mirando los arboles que nos impiden ver el bosque —que nos los ponen delante aposta para que no veamos—. Que fácil es tirarse a la yugular del desgraciado que sufre las consecuencias de un mundo injusto, de dirigentes corruptos e inútiles que se dedican a hacernos la vida imposible a todos.