Adiós 2011

No suelo hacer recapitulaciones a final de año, no suelo plantearme grandes retos para el año nuevo. Nunca me he propuesto adelgazar, ir al gimnasio o dejar de fumar con la llegada de un nuevo año. Pero hoy he mirado este 2011 que se nos va.
Y veo como el 2011 ha tensado la cuerda y ha intentado romperla. Lo duro que ha resultado mantener esa cuerda en tus manos. Este año, especialmente, me ha hecho ver que no es el momento de rendirse, que esa cuerda se irá sin mi, pero no sin mis manos. He visto gente perdida en dimes y diretes. Gente tuerta por perseguir la ceguera del vecino y que se sienten los reyes, no porque les quede un ojo para ver, sino porque su vecino no ve. Gente estúpida que no es consciente de que los problemas del vecino son sus problemas y que si le ayuda a superarlos se ayuda a si mismo.
Son tiempos de cambio, creo que de cambios importantes. Tengo la sensación de que este año ha sido el punto de inflexión en ese cambio en el que estamos inmersos. Ha sido necesario asimilar el batacazo económico por parte de todos y creo que este año la actitud comienza a ser otra. Se está dejando de añorar años pasados; se está aceptando que la situación es la que es y que debemos empezar a mirar a donde queremos ir y como comenzar a caminar de nuevo.
He conocido gente interesante, muy válida. He mirado a la juventud con otros ojos. He visto en esos jóvenes una actitud diferente, una actitud que no veía hace años. He visto en sus ojos ese cambio.
Estamos adentrándonos en una época emocionante, difícil, espero que no traumática. Creo que la sociedad del siglo XX está dando sus últimos estertores (sí, aunque haga 10 años que se acabó), que la del XXI será muy diferente y que llevará en sus genes la marca de los años que estamos viviendo ahora.
Cada uno tendrá sus motivos para pensar si ha sido un buen año o un año para olvidar. Sea como fuere, se acabó. Hay que seguir caminado, plantar cara al 2012, mirarlo a los ojos y pedirle... exigirle que no tense más la cuerda. Hacer ver al estúpido del vecino que mi ceguera no le ha reportado ningún beneficio y que ganaría más a este lado de la cuerda.
Solo tengo una cosa clara para el año que comienza: para que suelte la cuerda me tendrán que cortar las manos.
Adiós 2011. Bienvenido 2012