11/4/16

Efectos secundarios

 Que complicado es todo, que difícil es no quedarse mirando los arboles que nos impiden ver el bosque —que nos los ponen delante aposta para que no veamos—. Que fácil es tirarse a la yugular del desgraciado que sufre las consecuencias de un mundo injusto, de dirigentes corruptos e inútiles que se dedican a hacernos la vida imposible a todos.