Directores generales, secretarios o ex secretarios de estado (o de otros menesteres), ministros, diputados, redactores jefe, consejeros delegados, periodistas afines y críticos, políticos de todos los colores y cargos, sesudos tertulianos... Todo el mundo tiene culo, y opinión. Todo el mundo se posiciona, defiende sus ideas. Todo el mundo habla, o grita o insulta si es menester. Nadie escucha a nadie.